MENSAJES


        EL MENSAJE DEL 18 DE OCTUBRE DE 1975 ("TESTAMENTO" DEL PADRE GOBBI)

El mensaje del 18 de octubre de 1975 (¡Estén alegres!) fue elegido por el Padre Gobbi antes de su muerte, para meditar el último cenáculo con su grupo de sacerdotes. Don Gobbi refirió que "en este mensaje está todo". En el Movimiento consideramos a ese mensaje "su testamento", y al LIBRO, su legado al Movimiento Sacerdotal Mariano.

¡ESTÉN ALEGRES!     

      (Mensaje del 18 de octubre de 1975. Fiesta de San Lucas Evangelista)            

 "Te he elegido, hijo, por esta sencilla razón: porque eres el más pobre, el más pequeño, el más limitado. Humanamente el má despovisto de todo.

Te he elegido porque en tu vida mi Adversario había logrado ya cantar victoria. En tu existencia te he hecho vivir anticipadamente cuanto Yo misma haré en el momento de mi triunfo.

Mi Adversario creerá algún día cantar completa victoria: sobre el mundo, sobre la Iglesia, sobre las almas.

Solo entonces será cunado Yo intervenga - terrible, victoriosa- para que su derrota sea tanto mayor cuando más segura sea su certeza de haber vencido para siempre.

Cuanto se está preparando es algo tan grande, como jamás ha sucedido desde la creación del mundo: por eso ya todo ha sido predicho en la Biblia.

Les ha sido ya anunciada la terrible lucha entre Yo - "la Mujer vestida de Sol"- y el Dragón rojo, Satanás, que todavía logra seducir a muchos con el error del ateismo marxista. 

Les ha sido ya anunciada la lucha en los Ángeles y mis hijos contra los secuaces del Dragón, guiado por los ángeles rebeldes. Sobre todo les ha sido ya claramente anunciada mi completa victoria.

Ustedes, hijos míos, han sido llamados a vivir estos acontecimientos.

Es el momento en que ustedes deben saber esto, para prepararlos concienzudamente a la batalla. Es la hora en que comience a rebelarles parte de mi plan.

Ante todo es necesario que mi Enemigo tenga la impresión de haberlo conquistado todo, de tener ya todo en sus manos. Para ello le será permitido introducirse en el interior de mi Iglesia y logrará ofuscar el Santuario de Dios. Cosechará numerosas víctimas entre los Ministros del Santuario.

Este es, en verdad, el momento de las grandes caídas para mis hijos predilectos, para mis Sacerdotes. A algunos Satanás los acechará con el orgullo, a otros con la pasión de la carne, a otros con la duda, a otros con la incredulidad, a otros con el desaliento y la soledad.

¡Cuántos dudarán de mi Hijo y de Mí, y creerán que este es el fin para mi Iglesia!

Sacerdotes consagrados a mi Corazón Inmaculado, hijos predilectos que estoy reuniendo para esta gran batalla: la primera arma que deben usar es la confianza en Mí, es su más completo abandono.

Venzan la tentación del iedo, del desaliento, de la tristeza. La desconfianza paraliza su actividad y ello ayuda mucho a mi Adversario.

¡Manténgase serenos, estén alegres!

No es este el fin de mi Iglesia: se prepara el principio de su total y maravillosa renovación.

El Vicario de mi Hijo, por don mío, logra ya entender esto y, a pesar de su tristeza del momento presente, les invita a permanecer en la alegría.

¿En la alegría?, me preguntan sorprendidos.

sí, hijos míos, en la alegría de mi Corazón Inmaculado que a todos acoje. Aquí, en este Corazón de Madre, estará para ustedes el lugar de su paz, mientras afuera arreciará la más terrible tempestad.

Aún cuando hubieran quedado heridos, aún cuando hubieran caído con frecuencia, aún cuando hubieran dudado, aún cuando en ciertos momentos hubieran sido infieles, no se desalienten, porque Yo les amo.

cuanto más mi Adversario haya querido enconarse contra ustedes, tanto más grande será mi amor por ustedes.

Soy Madre y les amo aún más, hijos, porque me fueron arrebatados.

Y mi alegría es hacer de cada uno de ustedes, Sacerdotes predilectos de mi Corazón Inmaculado, hijos tan fortificados y fortalecidos, que ya nadie logrará arrancarlos de mi Hijo Jesús.

Por lo cual, estén contentos, vivan confiados, abandónense totalmente a Mí. Estén siempre en oración Conmigo.

El arma que yo usaré, hijos míos, para combartir y vencer en esta batalla, será su oración y su sufrimiento.

Entonces también ustedes deben estar, sí, en la Cruz Conmigo, y con mi Hijo Jesús, junto a la que su Madre, y Madre de ustedes.

Después Yo misma lo haré todo, porque Dios a dispuesto que esta sea mi hora: la mía y la suya, hijos consagrados a mi Corazón Inmaculado".


EL MENSAJE DEL 31 DE DICIEMBRE DE 1997, "TODO LES HA SIDO REVELADO", ÚLTIMO MENSAJE PUBLICADO EN EL LIBRO AZUL:

"Hijos predilectos, pasen conmigo en la oración, en el silencio , las últimas horas de este año que está a punto de acabar. 

No lo pasen en la disipación ni en las diversiones así como lo hacen tantos hijos míos. 

Este año ha sido particularmente importante para mis proyectos. 

Ahora están entrando en mis tiempos.

Por eso les he trazado un camino luminoso, por el cual deben de caminar todos, para vivir la consagración a mi Corazón Inmaculado que me han hecho. 

Ahora todo les ha sido revelado.

- Todo les ha sido revelado: Mi designio les ha sido proféticamente anunciado en Fátima y, en estos años, Yo lo he realizado a través de mi Movimiento Sacerdotal Mariano. 

Mi designio les ha sido revelado en su lenta preparación

Este siglo suyo, que está a punto de acabar, ha sido puesto bajo el signo de un fuerte poder concedido a mi Adversario.   De este modo la la humanidad ha sido seducida con el error del ateísmo teórico y práctico; en el lugar De Dios se han construido los ídolos que todos adoran: el placer, el dinero, la diversión, el poder, el orgullo y la impureza. 

Verdaderamente Satanás, con la copa de la lujuria, ha triunfado en su intento de seducir a todas las naciones de la tierra. Ha reemplazado el amor por el odio, la unión por la división; la justicia por la multitud de injusticias; La Paz por una continua guerra.  De hecho este siglo ha transcurrido todo él bajo el signo de guerras crueles y sangrientas, que han causado millones de víctimas inocentes.   Entonces la Santísima Trinidad ha dispuesto que su siglo de ustedes fuera puesto bajo el signo de una fuerte, materna y extraordinaria presencia Mía.  

Así en Fátima he indicado el camino que la humanidad tenía que recorrer para volver al Señor: el de la conversión, el de la oración y el de la penitencia.                   Y les he ofrecido como seguro refugio mi Corazón Inmaculado.

Todo les ha sido revelado: Mi designio les ha sido indicado también en su dolorosa realización.

La humanidad ha caído bajo el dominio de Satanás y de su gran poder, ejercido con las fuerzas satánicas y masónicas; Mi Iglesia ha sido oscurecida por el humo que ha entrado dentro de ella.

Los errores son enseñados y propagados, haciendo perder a muchos la verdadera fe en Jesucristo y en su Evangelio; la santa Ley De Dios es abiertamente violada; el pecado es cometido y con frecuencia es también justificado y así se pierde La Luz de la Gracia y de la divina presencia; la unidad es profundamente resquebrajada por la fuerte contestación al Magisterio, sobre todo al Papa, y se extiende cada vez más la llaga de dolorosas laceraciones.          Para dar a la Iglesia suficiente y crucificada de su tiempo, mi ayuda materna y un seguro refugio, ha hecho surgir el Movimiento Sacerdotal Mariano y lo he difundido por todas partes del mundo, por medio de este Libro mío, que les traza la senda que debe recorrer para difundir mi Luz. 

Con este Libro les enseño a vivir la consagración a mi Corazón Inmaculado, con la sencillez de los niños, con espíritu de humildad, de pobreza, de confianza y de filial abandono.

 Hace ya veinticinco años que les guío, con las palabras que he dicho al corazón de este pequeño hijo mío, que Yo he escogido como instrumento para la realización de mi designio materno. En estos años yo misma lo he llevado varias veces a todas partes del mundo, y él se ha dejado conducir dócilmente, pequeño y temeroso, pero totalmente abandonado a Mí, como un niño en brazos de su madre. 

Ahora cuanto les debía decir se les ha sido dicho, porque todo les ha sido revelado.

Así pues, en esta noche, terminan los mensajes públicos, que desde hace veinticinco años les he dado: ahora deben meditarlos, vivirlos y ponerlos en práctica. Entonces las palabras que he hecho descender de mi Corazón Inmaculado, como gotas de rocío celestial sobre el desierto de su vida tan insidiosa, producirán frutos de gracia y santidad. 

Ahora en adelante me manifestaré a través de la palabra de la persona y la acción de este pequeño hijo mío, que yo he escogido para ser su guía y que ahora conduzco al vértice doloroso de su misión.

Todo ha sido revelado: Mi designio les ha sido predicho sobre todo en lo referente a su maravilloso y victorioso cumplimiento. Les he anunciado el triunfo de mi Corazón Inmaculado en el mundo.

Al final mi Corazón Inmaculado triunfará

Esto sucederá en el máximo triunfo de Jesús, que traerá al mundo su Reino glorioso de amor, justicia y de paz y hará nuevas todas las cosas. 

Abran los corazones a la esperanza. Abran las puertas a Cristo que viene a ustedes en gloria.

Vivan la hora vibrante de este segundo adviento.

Háganse así valientes anunciadores de este triunfo suyo, porque ustedes pequeños niños consagrados a Mí.  Ustedes que viven mi mismo espíritu, son los apóstoles de estos últimos tiempos. 

Vivan como fieles discípulos de Jesús, en el desprecio del mundo y de ustedes mismos, en la pobreza, en la humildad, en el silencio, en la oración, en la mortificación, en la caridad y en la unión con Dios mientras son desconocidos y despreciados por el mundo. 

Ha llegado el momento de salir de su ocultamiento para ir a iluminar la tierra

Muéstrense a todos como hijos míos porque yo estoy siempre con ustedes.

Sea la fe La Luz que les ilumine en estos días de oscuridad, y que les consuma solamente el celo por el honor y la gloria de mi hijo Jesús. 

Combatan hijos de la Luz, porque la hora de mi batalla ha llegado ya.

En el mas crudo invierno ustedes son los brotes que se abren de mi Corazón Inmaculado y que Yo deposito sobre las ramas de la Iglesia, para decirles que está punto de alcanzar su más bella primavera. 

Será para Ella su segundo Pentecostés. 

Por esto les invito a repetir con frecuencia en los Cenáculos la oración que les he pedido: "Ven Espíritu Santo, ven por medio de la poderosa intercesión del Inmaculado Corazón de María, tu amadísima esposa".

Con el amor de una madre que, en estos años, ha sido escuchada, seguida y glorificada por ustedes, les bendigo a todos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo".